Presentación   /   Página de Inicio   /   Frases y citas para el cambio   /   Libro de visitas
  ÍNDICES POR TEMAS O ETIQUETAS:

miércoles, 14 de agosto de 2013

Educar en el uso del móvil: establecimiento de normas

Cada vez a edad más temprana, hacia los ocho o nueve años, los niños y niñas aseguran que necesitan un teléfono móvil. Es “curioso” cómo la mayoría de los deseos de los niños se convierten en necesidades. Insistirán una y otra vez y repetirán la célebre frase “todos mis amigos tienen uno”. No es razón suficiente.

No hay una respuesta clara sobre la edad adecuada para que los niños tenga un móvil, pero todos los expertos están de acuerdo en que antes de los doce años carecen de criterio para usarlo adecuadamente y recomiendan dilatar todo lo que se pueda la edad de posesión del móvil, señalando como edad ¿adecuada? a partir de los 14-16 años.

El móvil ya no es solo un teléfono, es una potente herramienta que sirve para hacer fotos, navegar por internet, realizar actividades semejantes a un ordenador... con toda la utilidad que ello conlleva, pero también, no lo perdamos de vista, con todos los riesgos.

Es muy importante saber qué aparato vamos a poner en manos de nuestros hijos y establecer normas de uso. Debemos dejarles bien claro lo que pueden o no hacer con el móvil.

La periodista Janell Burly Hofmann (Massachusetts, EEUU), colaboradora del “Huffington Post”, publicó en su propia sección un “contrato” con 18 puntos, que ella misma redactó, en donde establece las condiciones de uso del iPhone que regaló a su hijo Gregory, de 13 años, en Navidad.

Esta especie de carta-contrato comienza con un guiño al pequeño Gregory: “Eres un chico responsable y te mereces este regalo”…, pero pronto se desgranan las normas cuyo incumplimiento, llevará a la pérdida del iPhone.

Janell Burly Hofmann considera que es su deber educar a su hijo para que sea un joven sano y maduro, capaz de funcionar en el mundo rápido y cambiante en el que está creciendo y de coexistir con la tecnología sin vivir controlado por ella.

Aquí están las 18 condiciones:

1. El teléfono es mío. Yo lo he comprado. Yo lo he pagado. Te lo estoy prestando. ¿A que soy estupenda?

2. Siempre sabré la contraseña.

3. Si suena, responde. Es un teléfono. Sé educado. Nunca ignores la llamada si es de tu padre o de tu madre. Nunca.

4. Danos el teléfono a las 19 h. 30 m. en días de colegio y a las 21 h. en fin de semana. Se apagará durante la noche y se volverá a encender a las 7 h. 30 m. Respeta los horarios de las otras familias, como a nosotros nos gusta que respeten el nuestro.

5. El teléfono no irá contigo al colegio. Habla en persona con la gente a la que envías mensajes. Es una habilidad social.

6. Si se te cae a la bañera, al suelo o se rompe, tú eres el responsable de pagar la reparación. Debes tener ese gasto previsto.

7. No emplees esta tecnología para burlarte de otro ser humano o engañarle. No participes en conversaciones que hieran a otros. Sé un buen amigo y mantente al margen de las disputas.

8. No digas nada, ni por mensaje, ni por correo electrónico, ni por teléfono, que no dirías en persona.

9. No converses por teléfono móvil con personas a las que no traerías a casa.

10. Nada de porno. Busca en internet información que no te importe compartir conmigo. Si tienes cualquier duda pregunta a alguien. Preferiblemente a tu padre o a mí.

11. Apágalo o ponlo en silencio cuando estés en público. Sobre todo, en los restaurantes, cines o cuando estés hablando con una persona. No eres maleducado, no dejes que un iPhone cambie eso.

12. No envíes ni recibas imágenes de las partes íntimas de nadie. Algún día, aunque seas muy inteligente, estarás tentado. Es peligroso y pude arruinar tu adolescencia. El ciberespacio es más grande y poderoso que tú y es difícil hacer que algo desaparezca, incluida la mala reputación.

13. No hagas fotos y vídeos de todo. No hay necesidad de documentar tu vida entera. Vive tus experiencias. Se almacenarán en tu memoria para siempre.

14. De vez en cuando deja el teléfono en casa y siéntete seguro con la decisión. El móvil no es una extensión de cuerpo. Aprende a vivir sin él.

15. Descarga música nueva, o clásica, o diferente de la que escuchan millones de personas al mismo tiempo. Tu generación tiene la mayor facilidad de acceso a la música que ha existido jamás. Disfruta la ventaja. Amplía tus horizontes.

16. Los juegos de palabras, puzles o los de entrenamiento mental son los mejores.

17. Mantén los ojos abiertos. Mira el mundo y lo que pasa a tu alrededor. Mira por las ventanas. Escucha a los pájaros. Da paseos. Habla con desconocidos. Pregúntate sin usar Google.

18. Si metes la pata, te quitaré el teléfono. Nos sentaremos a hablar sobre ello y volveremos a empezar. Tú y yo estamos aprendiendo sin cesar. Estoy de tu parte y estamos juntos en esto.

Algunos adultos tendrían que “imponerse” la mayoría de las normas anteriores. Hablo en tercera persona porque, de momento, nunca diré “de esta agua no he de beber”, tengo un móvil que solo sirve para hablar y además es de tarjeta prepago porque cualquier tarifa de contrato, de cualquier operador, por mínima que sea, excede el consumo que con él hago. Os podéis hacer una idea.


No hay comentarios

Publicar un comentario en la entrada